domingo, 10 de octubre de 2010

El Vino de la Soledad



Soledad, tus ojos, mis ojos;
aquellos resplandecientes de alegría
en el fondo ocultan un poco de llanto.
Llanto que como aguas turbulentas te rodea y me rodea.
No dejes ahogar mi aliento en el tuyo.
Desátame! déjame escapar
y escucharás de nuevo mi canto.


Descubierto por un anónimo en una noche de ilusión


V. Mad
©

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